“El mejor negocio de la vida es ser humano”
Fernando Savater
Quizá la cualidad más maravillosa que tiene el ser humano es el don de poder transformar su realidad. Esta cualidad o capacidad presente en todas nuestras acciones individuales -que se potencia en nuestras acciones sociales y colectivas-, adquiere un valor exponencial que sobrepasa la relación proporcional de la suma de esfuerzos y voluntades que acompañan a las ideas que cambian al mundo, conformando así la sinergia que hace historia.
Como todo gran poder, implica una gran responsabilidad, por lo que su aplicación debe ser sistémica, ordenada y armoniosa, para procurar el desarrollo y bienestar integral de las personas tanto como individualidades, como en grupos. Propiciando relaciones prósperas entre si y sus semejantes, de igual manera con sus familias, colectivos, empresas, instituciones, entre otras formas de relación y organización social que coexisten en las ciudades y en sus variantes rurales.
La ciudad como un todo, depende estructuralmente de su buen funcionamiento de la arquitectura y el urbanismo, por lo que resulta indispensable pensar a la arquitectura más allá del edificio o de la simple decoración de interiores, simplemente es profundizar en el carácter ergonómico y social de la arquitectura desde una perspectiva holística, sistémica y sostenible, entendiendo a la arquitectura y sus frutos como elementos de relación e interconexión entre las personas en sus diferentes facetas de vida en sociedad.
Al pensar la ciudad como un organismo o sistema complejo, propone al arquitecto un reto que va más allá del diseño, el uso y la forma, lo que invita a plantear la necesidad de un arquitecto (y su obra) como un ente planificador y ordenador social, es decir, convertirse en un generador de políticas que interviene de forma transversal la condición humana y las relaciones del ser humano con su entorno -hecho que lo incluye-, incidiendo incluso en su dimensión espiritual, la cual está íntimamente ligada al nivel de calidad de vida que experimenta al interactuar con los elementos arquitectónicos y urbanísticos que forman parte integral de su medio ambiente.
La arquitectura tanto como arte, ciencia y expresión del poder creativo y transformador del ser humano es indudablemente la forma y método de pensar, crear, hacer, ordenar y reestructurar los elementos de la ciudad y sus usos para generar calidad de vida.
Ensayo breve sobre la visión personal de la arquitectura
Cátedra: Introducción a la Arquitectura
Universidad Rafael Urdaneta
Maracaibo, 2015A